El tatuaje ha ganado una gran relevancia en los últimos tiempos y todos conocemos a personas que, en su momento, decidieron, embellecer o marcas cuerpo con distintos diseños o mensajes.

El diseño elegido suele tener un significado especial para esa persona, de modo que, a priori, nunca se cansará de llevarlo, será para siempre.

Por qué eliminar un tatuaje

Sin embargo, puede suceder que la persona tatuada se arrepienta del diseño elegido por diversos motivos, incluida, una posible mala calidad del tatuaje, de modo que es lógico que quiera encontrar la manera de eliminar esas marcas de tinta de su piel.

Existen varias maneras de eliminar un tatuaje aunque ninguna de ellas es agradable puesto que, en todos los casos, hay que realizar una agresión en la zona tatuada.

Tradicionalmente, se ha optado por técnicas como la abrasión salina, la dermoabrasión o la eliminación por escisión pero, en la actualidad, la técnica más usada es el láser.

Manera para borrar un tatuaje

El láser adecuado para eliminar un tatuaje es el Láser Neodimio o Nd-YAG, que consiste en hacer pasar la luz de láser a través de una boquilla con un determinado filtro, de modo que la energía calorífica consiga eliminar ele pigmento sedimentando en la piel.

El número de sesiones para eliminar un tatuaje no se pueden establecer de manera previa ya que depende del tipo y calidad del pigmento, la saturación del mismo, la profundidad de la sedimentación e, incluso, del tipo de piel de la persona tatuada.

La piel tiene que estar limpia, rasurada. La zona tatuada tiene que estar dirigida hacia el láser, el cual tiene un puntero que marca la zona por la que vamos actuando.

El haz de luz va directo a las partículas del pigmento de la piel, la cual recibe la energía calorífica del láser. Esas partículas se rompen, de manera que se provoca la dispersión de dicho pigmento y el correspondiente acalorado del tatuaje.

Se produce una reacción dérmica en forma de lesión en dicha piel, que habrá que curar hasta que la zona quede nuevamente regenerada.

La siguiente sesión para eliminar el tatuaje deberá esperar a que la lesión haya cicatrizado y la piel esté totalmente regenerada.

La eliminación de un tatuaje elaborado con tinta negra no es igual que la de un basado en policromía. Lo mismo sucede con un tatuaje lineal y otro trabajado con sombras.

La tinta negra tiende a desaparecer antes que la de color porque es más sensible al láser que este último. Las sombras se eliminan más rápidamente porque tienen menos profundidad que las líneas.

Una vez hayan pasado un par de sesiones, podremos hacer una estimación aproximada de cuántas sesiones hacen falta para eliminar el tatuaje pero jamás habrá una cantidad exacta porque los condicionantes para ello son numerosos e importantes.

Se puede borrar un tatuaje por completo

Un aspecto que se debe dejar claro a la persona tatuada es que la piel no queda inmaculada, es decir, es habitual que queden rastros y, en el caso, de que la eliminación sea prácticamente completa, se trata de una zona que ha estado sometida a varias lesiones, con las consecuencias que ello pueda implicar.

El tratamiento de eliminación de tatuaje no está indicado para todos los públicos. Personas con cáncer, en proceso de quimio o radioterapia, mujeres embarazadas o en etapa de lactancia, personas con fiebre, infecciones o enfermedades de carácter autoinmunes, enfermedades de la piel como el vitíligo o que tomen medicamentos fotosensibles no son aptas para someterse a un proceso de eliminación de tatuaje.

Cómo para eliminar tatuajes Sevilla

Diprofem Sevilla cuenta con numerosos casos surgidos en las clases de eliminación de tatuajes. Os mostramos uno que nos llamó mucho la atención.

Una chica con un tatuaje de gran dimensión en las zonas de cadera y torso que, además, estaba muy estropeado, los negros eran verdosos, los rojos eran rosáceos, todo muy pixelado.

Se intuía que la profesionalidad de la mano ejecutora era dudosa ya que presentaba distintas zonas con relieves y auras debido a una penetración abusiva de la aguja.

En su primera sesión, logramos un aclarado bastante notable en las zonas de relleno y sombras, así como del color.

La segunda sesión sirvió para eliminar prácticamente todas las sombras negras y grises la tiempo que todavía quedaba bastante manchas de rojo.

En la tercera sesión, se consiguió un pixelado bastante importante de las líneas del tatuaje. Y, antes de ala cuarta, hubo que detener el proceso porque la chica había quedado embarazada, de modo que no se pudo continuar hasta que hubo finalizado la lactancia.

Como puede observarse, la eliminación de un tatuaje no es un proceso tan sencillo y depende múltiples factores, de modo que es fundamental personalizar cada tratamiento para lograr el resultado esperado.